Y hacia el seis, mis miradas
hallaban en sus puertas
mis abarcas heladas,
mis abarcas desiertas.
Miguel Hernández
Hoy la casa no ha despertado
No hay regalos bajo el árbol,
Ese que ya no existe,
Reina un silencio siniestro
Y ahora los niños duermen.
Pasó de largo, ilusión perdida
Hay una resaca de noche,
No huele a juguete y café
Que ha dejado poses en la taza
Que agarran fuerte mis manos
Mientras el recuerdo
Inevitablemente provoca,
De aquellos días, una herida.
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