He aprendido a convivir
con los fantasmas de mi casa
se esconden tras las sombras
y a veces rondan mi cama.
Gritan y muerden feroces,
mientras el mundo duerme y se calla,
y yo sola me defiendo
como puedo con mi espada
y poco a poco voy aprendiendo
que la vida dejo en la batalla
abatida, herida , sin alma
devorada por la nada.
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