viernes, 17 de noviembre de 2017

La escucha de los días



Donde te acose la noche
Cuando no tengas luz
Como puedas descubre
Que lo importante eres tú.
Y vuelve presto que yo
Te espero junto a la lumbre
Con mil historias que contarte
Por si te puedo ayudar
O las quieres escuchar.
Aguardaré Serena
Como lo hace la tierra
Buscando siempre la paz
A pesar de la tormenta.
No te daré consejos,
Nunca sirven de nada,
Seré hombro de tus quejas
Si te dignas a contarlas.
Te dejaré que grites con rabia
La indignación de haber sido hombre
Y no haber entendido nada
De la vida y lo que esconde.
Te diré que existe el odio
La ingratitud y la envidia
Y para acabar con ello
Tan solo de humildad se precisa.
A veces confundirás lo que sientes
Y a golpes con las paredes
Pensarás que te defiendes.
A veces te sentirás impotente
Con el ego herido y errante
Verás que se infla y se desinfla
Y apenas es importante.
Cuando te asalte la noche,
Para romper la soledad,
Me encontrarás en casa,
Siempre podré escuchar.
Y si te sientes pequeño,
Diminuto con tu sueño,
Piensa en el inmenso océano,
Gota más gota de agua
Forman el vasto mar,
Si una gota se evapora
Ya nada vuelve a ser igual.

Pérez de la Hoyica

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